TRANSFORMACIÓN

La vida cotidiana de la UCM transcurre en una contradicción, basculamos entre la generación de conocimiento y su transferencia rompiendo fronteras y una lenta agonía que nos recuerda la desactualización profunda de nuestros procedimientos y, sobre todo, de nuestras aspiraciones, asfixiadas por ese día a día enojoso y desorganizado. Tenemos que pensar y entrar con la UCM al futuro. Y siendo muy crítica, quizá tengamos que entrar también en el presente. Debemos afrontar una transformación necesaria, evolucionar y pensar conjuntamente qué y cómo queremos ser en el futuro cercano. El futuro ya está aquí. Necesariamente tenemos que avanzar hacia una transformación digital, hacia una internacionalización transversal y hacia una Complutense con liderazgo social. Esos son los desafíos que conjuntamente tenemos que abordar.

Piensa conmigo: ¿Cómo te imaginas la Complutense en 2035?

La Transformación Digital conlleva más de transformación que de digital. Las personas están en el centro de esa transformación. Son lo importante. El mundo está en medio de una revolución digital. La transformación digital es la integración de tecnología digital en todas las áreas de la universidad, cambiando fundamentalmente la forma en que opera y brinda valor a nuestros y nuestras estudiantes, investigadores, docentes y personal de administración y servicios.

Este reto nos obliga a repensar la universidad, replantear cómo, ayudándonos de la tecnología, acompañamos a los y las estudiantes y a los investigadores e investigadoras como receptores de servicios con el objetivo de mejorarlos. Asimismo, exige que los y las docentes y el PAS como proveedores de servicios dispongan de mejores herramientas y procesos automatizados para realizar su labor y disponer de más tiempo para realizar actividades de valor añadido.

Esta nueva forma de entender la Complutense ha de hacerse de forma organizada, a través de un Plan Estratégico de Universidad Digital con objetivos definidos y recursos humanos y materiales suficientes para afrontar cada proyecto. Este Plan centraliza, organiza y prioriza los diferentes Planes específicos definidos en este programa y los objetivos y acciones que de ellos emanan bajo el paradigma digital.

La importancia de la Transformación digital quedó plasmada en la Declaración de Salamanca de 2018 donde 600 universidades se reunieron con el objetivo de definir la universidad del futuro. También existen iniciativas de la UE como DigCompEdu que es el primer marco de referencia paneuropeo para mejorar la capacidad digital de las instituciones educativas. Son iniciativas que reflejan la importancia de la Transformación Digital para las universidades.

La Universidad de Murcia o la Universidad de La Laguna son algunos ejemplos de universidades públicas españolas que están afrontando una estrategia digital con el más alto compromiso rectoral. La Complutense no puede quedarse atrás. La Complutense debe percibirse como sinónimo de futuro y excelencia académica e investigadora.

La transformación digital implica cambiar para seguir siendo una universidad relevante. Las medidas propuestas para conseguirlo son:

  1. Incorporar los principios de la transformación digital a las decisiones estratégicas de la Complutense.
  2. Mantener el funcionamiento cotidiano de la universidad sin que entre en competencia con los procesos de transformación digital. La Complutense mantiene su funcionamiento y la transformación se realizará en paralelo con la actividad diaria conforme a los planes anuales que se acuerden.
  3. Crear repositorios de conocimiento institucional como punto de partida de la mejora y digitalización de los procesos de la universidad.
  4. Avanzar en el gobierno digital de la universidad a través del uso de cuadros de mando alimentados por datos de los procesos de gestión, asegurando la trazabilidad y la transparencia en el gobierno y la gestión universitaria.
  5. Ser una universidad centrada en estudiantes, PDI y PAS, creando un portal de acceso único a todos los servicios de la Complutense personalizado por colectivo, mejorando su experiencia en la relación con nuestra universidad.
  6. Mantener una escucha activa con estudiantes, PDI y PAS, a través de la recogida estructurada de sus interacciones con la Complutense para asegurar la mejora global de los servicios.

Cómo proponemos hacerlo

  1. Desarrollando procesos formativos para la adquisición de competencias digitales para todo el personal (PDI y PAS), además de requerir las habilidades digitales necesarias dentro de las descripciones de los puestos de trabajo en los procesos selectivos desarrollados para nuevas incorporaciones
  2. Reservando de forma institucionalizada tiempo para evaluar y reflexionar los procesos de transformación digital, facilitando el aprendizaje de la organización.
  3. Identificando y priorizando qué servicios transformar y crear, basándonos en los Planes estratégicos de la Complutense. Algunos ejemplos serían: i) en investigación: mejorar la visibilidad de los y las investigadoras, disminuir su carga administrativa mejorando los servicios vinculados a la investigación, ii) en docencia: establecer y ejecutar una estrategia docente digital para la universidad, acompañar al docente en la creación de contenidos, iii) al estudiantado: mejorar la experiencia del estudiante basándose en procesos digitales, proyecto de escucha activa de las necesidades de los estudiantes y iv) al PAS: Automatizar y digitalizar procesos de gestión para poder realizar otras tareas de mayor valor pero que ahora son inasumibles.

Estructuras para la transformación digital

  1. Oficina para la Transformación: Creación de una oficina transversal con recursos específicos, encargada de liderar, dinamizar y asesorar al Consejo de Dirección en las acciones relacionadas con el desarrollo de la estrategia complutense digital.
  2. Unidad de Desarrollo de Docencia Digital: se establecerá para ayudar en el diseño y liderar la ejecución de las estrategias docentes. Se crearán estructuras para el desarrollo de contenido digital e implementarán metodologías que ayuden a los y las docentes a mejorar sus capacidades digitales y de desarrollo de sus redes sociales de docencia.
  3. Red de Bibliotecas: Aumentar la importancia estratégica de la Biblioteca, proporcionando un mayor apoyo al PDI y al estudiantado, siendo el punto de acceso y soporte de nuevos servicios digitales, además de vertebradora de actividades prácticas de capacitación en el uso de herramientas de gestión de la investigación.
  4. Red de Aulas Informáticas: Establecer una red en la Universidad basada en el personal de Aulas de todos los centros como punto de acceso a los servicios telemáticos a estudiantes, extendiendo la capacidad de la universidad para difundir y apoyar la digitalización y escucha activa al estudiante.
  5. Centro de Inteligencia Institucional: Evolucionar el actual CII desarrollando, por un lado, un servicio de BigData que complementaría la actual estructura, y, por otro lado, un servicio de DataScience e Inteligencia del negocio. Todo ello con el objetivo de proporcionar información tanto para la toma de decisiones estratégicas de nuestro Consejo de Dirección, como para los Centros, las titulaciones, investigadores UCM y otros consumidores de estos datos. Un comité creado ad hoc gestionaría todo el proceso.
  6. Red Española de Supercomputación (RES): Establecer la vinculación con esta red de nodos dada la importancia de la supercomputación en procesos de modelización, predicción, machine learning o de supercomputación cuántica, se hace imprescindible vincular a la UCM en la lista de instituciones universitarias dotadas de esta capacidad, y dar soporte a la comunidad científica complutense de disciplinas como la Química, Física, Biología, Matemáticas, Astrofísica, Economía, etc. que requieren de este tipo de cálculos intensivos. Solo así será posible dar un servicio de supercomputación a los investigadores e investigadoras que así lo necesiten.
En menos de una década, la internacionalización de la educación superior se ha desplazado de la periferia al centro mismo de la universidad, convirtiéndose en un proceso transversal de primer orden vinculado a la calidad y al prestigio institucional y en el que han de participar todos y cada uno de sus agentes.

Con la creación del Espacio Europeo de Educación Superior a principios del milenio, se establecieron las bases para la consolidación de un sistema universitario europeo, en donde la movilidad del alumnado, profesorado y PAS, con fines formativos y de investigación, resultara ágil y atractiva. A nivel nacional, la puesta en marcha de la denominada Estrategia Universidad 2015-2020 tenía como objetivo prioritario mejorar la competitividad del sistema universitario español en torno a cuatro ejes estratégicos: 1) creación de un sistema universitario internacionalizado, fomentando la movilidad, el reconocimiento de títulos y la internacionalización en casa, 2) competitividad internacional del entorno, 3) cooperación con otras regiones del mundo y 4) atractivo internacional de las universidades.

Más recientemente, la Estrategia 2021-2027 toma el relevo y propone un cambio en la relación del sistema universitario con la internacionalización. De esta forma se pasa de una internacionalización fundamentada principalmente en la competitividad hacia el exterior, con, por ejemplo, posicionamientos en rankings globales, a una internacionalización más centrada en la relevancia de la universidad a nivel nacional y regional, y al mismo tiempo, compatible con la acción internacional. En este sentido, y como aparece reflejado en la LOSU (título VII), las universidades españolas desarrollarán diferentes estrategias, acordes con sus propias necesidades y prioridades, teniendo presente los objetivos generales del marco nacional y supranacional.

En este contexto de actuación internacional, la Universidad Complutense de Madrid ocupa ya un lugar privilegiado, pues se trata de una institución con amplia experiencia en movilidad y una investigación de calidad reconocida tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Además, nuestra universidad forma parte de importantes redes internacionales y alianzas estratégicas, tales como UNA EUROPA, la Universidad de Harvard con el Real Colegio Complutense, la Unión Iberoamericana de Universidades, la Escuela Latinoamericana o la Escuela Africana Complutense, todas ellas esenciales en el fomento de la colaboración y el intercambio de efectivos a nivel global. Ahora bien, en este escenario cambiante, resulta absolutamente necesario desarrollar unas líneas estratégicas mucho más claras que las actuales, y coordinarlas de manera transversal para que resulten sostenibles. Con ello se podrán consolidar las acciones internacionales ya iniciadas y emprender nuevas iniciativas contando con los recursos adecuados.

Entre las medidas clave para desarrollar una internacionalización transversal, se proponen:

  1. Diseñar y aprobar un Plan estratégico de internacionalización transversal que recoja las diferentes acciones de internacionalización priorizadas por la UCM y las coordine adecuadamente, identificando de forma clara las estructuras y unidades implicadas.
  2. Revisar las estructuras y los recursos de la UCM involucrados en acciones internacionales para dimensionar convenientemente dichos recursos y el personal necesario y con ello asegurar la sostenibilidad del plan estratégico internacional.
  3. Reforzar la Oficina de Relaciones Internacionales (ORI) para ejercer mejor su papel de motor de la internacionalización de la UCM, incluyendo gestores especializados en programas internacionales, en constante comunicación con la Oficina Europea del Vicerrectorado de Investigación.
  4. Consolidar la movilidad del estudiantado como una de las estrategias básicas de la internacionalización, a la vez que se potencia la movilidad de otros agentes tradicionalmente menos implicados, como son la movilidad saliente del PAS y la entrante del profesorado internacional, contando para ello con las oportunidades que ofrece el Programa Erasmus+ y otros programas de movilidad, propios y externos.
  5. Fomentar la Internacionalización de los planes de estudio y coordinarla debidamente con el Vicerrectorado de Estudios de manera que la oferta académica resulte más actualizada y global, tanto para el alumnado saliente como para el entrante. Impulsar los másteres Erasmus Mundus y los doctorados internacionales (European Joint Doctorates)
  6. Promover la internacionalización en casa con el fin de que el alumnado nacional desarrolle competencias globales (lingüísticas, (inter-)culturales y profesionales) que les permitan desempeñar su profesión en un entorno “glocal”, en donde se combinan lo global y lo local.
  7. Reforzar la internacionalización de la investigación de la UCM, favoreciendo los proyectos de investigación conjuntos especialmente en el ámbito de UNA Europa y en las convocatorias de Horizon Europe y Erasmus+.
  8. Fomentar los acuerdos y convenios internacionales para potenciar la presencia Complutense en otras universidades, reforzando la investigación y aportando nuestro liderazgo académico.
  9. Promover el uso de diferentes lenguas para la enseñanza y la investigación, ya sea la lengua inglesa como lengua franca, la lengua española como activo de primer orden en un mundo globalizado, u otras lenguas, como idiomas de referencia en determinados campos de conocimiento y entornos profesionales.
  10. Reactivar la colaboración con el SEPIE, la CRUE y la CRUMA, todas ellas instituciones decisivas en el proceso de internacionalización de la universidad, así como con embajadas, consulados y otros organismos que den apoyo a las acciones internacionales.
  11. Promover la participación activa de toda la universidad en iniciativas ya existentes, incluyendo movilidades de corta duración, con especial foco en estudiantes de doctorado, y movilidades combinadas, con componente físico y virtual.
  12. Crear nodos para la internacionalización a nivel de facultad con el fin de difundir y desarrollar una cultura de la internacionalización de manera orgánica y transversal.

La transformación que proponemos en este programa para nuestra universidad tiene el objetivo último de recuperar nuestro papel de liderazgo en el ámbito universitario. Este liderazgo es académico, pero en un sentido amplio tiene un sentido de liderazgo social. Durante los últimos años la Complutense ha visto peligrar su papel de referencia en el ámbito social y universitario madrileño y estatal. Esta erosión de nuestro liderazgo tiene claras consecuencias para nuestra institución, que debemos revertir durante el próximo mandato. Este será uno de los ejes estratégicos de mi mandato.

En primer lugar, la Universidad Complutense de Madrid recuperará un papel protagonista en la CRUE y en todas sus comisiones. La Universidad Complutense de Madrid no ocupa la presidencia o la secretaría de ninguna de las Comisiones Sectoriales de la CRUE, y su papel en la coordinación de los Grupos de Trabajo es meramente testimonial. Revertiremos esta situación, recuperando el protagonismo y colaborando de manera decidida con la CRUE en la mejora de la actividad de las universidades públicas.

En segundo lugar, la Universidad Complutense de Madrid recuperará un papel protagonista en la interlocución con los órganos de la administración pública que tienen competencias en el ámbito universitario: con la Dirección General de Universidades de la Comunidad de Madrid, con el Ministerio de Universidades (y en concreto con la Secretaría General de Universidades), con el Ministerio de Ciencia e Innovación y en diversos foros internacionales. La Universidad Complutense no volverá a estar ausente en ninguna reunión con estos interlocutores – de hecho, trabajaremos para conseguir que la Complutense ocupe un lugar central en los foros institucionales, recuperando visibilidad y liderazgo nacional e internacional.  El papel del Vicerrectorado de Relaciones Institucionales y Comunicación será central en esta tarea de recuperación de nuestro prestigio ante las autoridades regionales y estatales en materia universitaria en particular, y educativa en general.

Es tercer lugar, es urgente recuperar también el prestigio que se ha perdido en la sociedad en general. La Universidad Complutense de Madrid debe volver a incorporar entre sus líneas estratégicas lo que se ha dado en llamar la Tercera Misión de las universidades, ese conjunto de objetivos que, añadidos a los relacionados con la Investigación y la Formación, hacen que la universidad sea un agente protagonista en la sociedad de la cual forma parte. De esta forma, es preciso implicar a nuestra universidad en la respuesta a las necesidades sociales, sustituyendo la idea de una universidad que tiene beneficios para la sociedad de la que forma parte por la idea de una universidad que se implica con la sociedad en la producción y desarrollo de dichos beneficios. Se trata de una obligación moral, un compromiso a contribuir al desarrollo social basado en la reciprocidad, la co-creación y el trabajo colaborativo con las entidades e instituciones presentes en la sociedad.

Todas las medidas de este programa tienen como horizonte la mejora de la Universidad Complutense en sus labores fundamentales, como son la docencia, la investigación y la transferencia. Pero, además, todas las propuestas –y especialmente las medidas que se recogen en el capítulo dedicado a la comunidad complutense– tienen también el objetivo de devolver el liderazgo social a nuestra universidad. La Complutense debe ser ejemplo y agente del bienestar social, implicándose en los retos de la sociedad y trabajando con ella en la resolución de los problemas que afectan a la ciudadanía.